Konstantinos Bourlis es un estudiante de intercambio de Grecia. Durante su segundo año de preparatoria (2023-2024), vivió en Utah, Estados Unidos, después de ser seleccionado como finalista por el Programa FLEX.

Mi decisión de postular a FLEX

La primera vez que escuché sobre el programa FLEX fue en la escuela secundaria. Mi profesor de inglés le dio a mi clase una introducción bastante entusiasta del programa, así que me encontré considerando postular. Desde el principio, tenía en mente que en caso de ser aceptado, tendría la oportunidad de experimentar una vida tan diferente y fascinante. Sería parte de la escuela secundaria estadounidense que siempre muestran las películas occidentales, y me volvería más autosuficiente e independiente, ya que no tendría a mis padres para contar con ellos. Esto parecía una oportunidad única en la vida, así que decidí postular.

Proceso de solicitud y consejos

El proceso de solicitud constaba de tres fases. Durante la primera, tuve que enviar 3 ensayos junto con mi información personal. Las preguntas de los ensayos se centraban en los desafíos que tuve que superar y las habilidades/características que podrían convertirme en finalista de FLEX, así que tuve que reflexionar profundamente sobre mis experiencias. La segunda fase fue una prueba de dominio del inglés; sin embargo, no fue nada difícil ya que llevaba años practicando el idioma.

Afortunadamente, logré pasar a la última fase, que era la única parte de la solicitud que requería comunicación cara a cara: la entrevista. Esta fase también consistía en más escritura, pero ni la entrevista ni la redacción fueron extremadamente desafiantes, ya que su propósito era validar la autenticidad del resto de la solicitud y mi capacidad para comunicarme adecuadamente en inglés.

No había hecho preparaciones extremas para el proceso de solicitud, y realmente creo que la habilidad principal que debes adquirir es un conocimiento decente (¡no perfecto!) del inglés. Aparte de eso, el consejo que daría a los aspirantes a FLEX es que sean honestos en sus ensayos. FLEX selecciona a seres humanos y no solo a estudiantes perfectos, ¡así que asegúrate de expresarte y mostrarte a través de tu solicitud! Además, ten en cuenta que los coordinadores del programa valoran la resiliencia, ya que quieren saber que serás capaz de 'sobrevivir' en los Estados Unidos durante todo un año, así que no tengas miedo de ser sincero cuando compartas tus experiencias, ya sea que muestren éxito o fracaso en partes de tu vida.

Mi reacción al convertirme en finalista

Al principio, no fui seleccionado como finalista, sino que quedé como el tercer suplente. Creía, entonces, que mis posibilidades de ir a los Estados Unidos eran muy pequeñas... Estaba a punto de perder la esperanza, cuando un día recibí una llamada telefónica del coordinador del programa informándome que había sido seleccionado... ¡Me dijeron que tres de los finalistas no podían asistir, y como yo era el tercer suplente, fui aceptado! En ese momento, estaba tan contento que llamé a mi familia y amigos para contarles la gran noticia!

Sin embargo, aún había un obstáculo que me frenaba... Mis padres no me permitían vivir en América. Afortunadamente, esto cambió cuando comenzaron a hablar con la familia anfitriona que me habían asignado, y después de un tiempo de conocerlos, finalmente me permitieron vivir con ellos.

Mi experiencia en la escuela secundaria

La escuela secundaria a la que asistí en los Estados Unidos fue Carbon High School en Price, Utah. Desde la cultura hasta el plan de estudios, la escuela secundaria estadounidense era extremadamente diferente a la griega. En primer lugar, los estudiantes tenían que elegir las clases que les interesaban, algo que no ocurre en Grecia. Entre otras, elegí marketing empresarial, robótica, programación, alimentación y nutrición, y carpintería (¡que fue mi favorita!), mientras que FLEX también me obligó a tomar algunos cursos básicos, como artes del lenguaje e Historia de los Estados Unidos. A diferencia de mi escuela secundaria en Grecia, las lecciones en América eran más fáciles, y pude mantenerme en la cima de mi clase sin estudiar meticulosamente durante horas.

Una gran parte de mi vida en Utah fue el equipo de Robótica VEX. Pasaba horas después de la escuela con mi equipo creando nuestros proyectos para varias competencias. De hecho, ¡al final del año, nos clasificamos entre los mejores equipos de Utah!

Familia Anfitriona y Amigos

Mi familia anfitriona vivía en Spring Glen (Utah), donde no había transporte público. Y como no quería ser una carga para mis padres anfitriones con constantes viajes en coche a Price, rara vez salía con mis amigos. Después de todo, los veía en la escuela todos los días.

Desde el comienzo del año, mis compañeros de clase tenían curiosidad por conocerme, ya que era un estudiante de intercambio. No tuve ningún problema para conocer gente nueva - todos estaban dispuestos a acercarse a mí - y de hecho logré formar parte de los grupos de amigos allí. Aunque la escuela secundaria tenía muchos estudiantes, todos parecían estar conectados como una familia. Y aunque no salía con ellos, disfrutaba de su compañía durante las actividades escolares y ceremonias como el Prom.

La mayor parte del tiempo estaba en la casa de mi familia anfitriona. Mis padres anfitriones eran buenas personas y tenían dos hijos - una chica de mi edad y un chico tres años menor que yo. Pasaba la mayor parte del tiempo con mi hermano anfitrión y el abuelo de la familia. Una de las mejores cosas de vivir con ellos era el hecho de que eran vaqueros de verdad (tenían un negocio de cría de ganado). Con ellos conduje un tractor, fui a viajes familiares, aprendí a montar a caballo (después de obtener el permiso del programa, por supuesto), mientras también les ayudaba con su negocio tanto como podía. ¡Y al final del año, me encontré muy aficionado a este estilo de vida tranquilo!

Cómo mi año de intercambio me cambió

Cuando pisé por primera vez los Estados Unidos, todavía era un niño. Un año después, siento que muchas partes de mi carácter se han desarrollado. Además de tener más confianza al hablar inglés y superar mi acento balcánico, obtuve una nueva perspectiva del mundo. Me enfrenté a nuevas ideas, oportunidades y estilos de vida, así que ahora me siento preparado para vivir por mi cuenta e incluso salir de mi país cuando finalmente termine mis estudios. Realmente vi el mundo a través de una lente diferente, y entiendo que en ciertos aspectos, mis pensamientos son más profundos y mi mente más madura de lo que era el año anterior al intercambio. FLEX fue definitivamente una experiencia que cambió mi vida, y aunque no planeo estudiar en los Estados Unidos para mi carrera universitaria, ¡me encantaría volver algún día y visitar a mi familia anfitriona de nuevo!